Reseña #104 - La velocidad de la noche de Chris Howard.

¡Hola, icebergs! Hoy os traigo la reseña de una novela plagada de acción que ha resultado ser una lectura muy adictiva e interesante. Espero que os animéis a darle una oportunidad porque merece mucho la pena. ¡Comenzamos!

Solo los más jóvenes pueden resistir el empuje arrollador de tetra, una droga nueva, peligrosa y adictiva que proporciona nueve minutos de fuerza y velocidad sobrehumanas. Alana West ha sido entrenada para utilizar la droga y perseguir a los jóvenes criminales que abusan de su poder, criminales como el bólido que estuvo a punto de matar a su hermano menor.

Alana es imparable cuanto toma tetra. El ímpetu que proporciona le permite recorrer Nueva York en busca de bólidos e impedir que dejen a su paso más muertos y heridos. Pero Alana pronto cumplirá dieciocho años, demasiados para seguir tomando tetra; a esa edad, una nueva dosis podría ser mortal.

Apoyada por Tucker, su fuerte y firme instructor, Alana trabaja clandestinamente y se infiltra en un grupo privilegiado de bólidos para localizar el origen de la droga y acabar con el tráfico. Pero la joven queda atrapada en el lado equivocado de la ley y entonces se da cuenta de que los bólidos no son exactamente lo que parecen, sobre todo Ethan, el joven artista cuyos insondables ojos castaños parecen ver la verdad que dentro de la joven. Y conforme crece su dependencia de la droga, Alana debe decidir en qué bando está antes de que se acaben los efectos. Para siempre. 

Cuando llega el momento de seleccionar una nueva lectura huyo despavorida de las historias que contienen un argumento similar a otras, ya que busco originalidad en su premisa porque quiero que se me sorprenda. Así que cuando descubrí este libro me surgió la necesidad de querer leerlo porque nunca me había topado con una trama así, tan distinta a todas las novelas que conozco. Y aunque lo empecé con miedo por si no era capaz de convencerme, muy pronto esa duda se desvaneció porque me estaba encantado, sinceramente no me imaginaba encontrarme con una lectura tan sumamente adictiva e intensa.

Este libro se encuentra dividido en cuarenta y tres capítulos. La extensión de los mismos es perfecta para animarte a continuar pasando las páginas, ya que no llegan a ser muy cortos ni muy largos. Además, cada capítulo acaba de una manera tan impactante que te ves en la obligación de leerte el siguiente, por lo que tiene un ritmo de lectura muy ágil, cuándo quieres darte cuenta lo has devorado completamente. La narración se desarrolla en primera persona, siendo nuestra protagonista Alana la responsable de contarnos la historia. 

El cronómetro llega a su fin. Y cuando levanto la vista, Ethan me está mirando como si yo fuera un libro y él no acabara de decidirse a pasar la página. Y siendo un escalofrío, un dolor caliente y fugaz. El deseo de que pase todas mis páginas. El deseo de ser el libro que no pueda dejar de leer. 

La pluma del autor es sencilla, intensa y gráfica. En su estilo predomina por un poco más la narración que el diálogo, ya que es primordial que se nos proporcione información para comprender fácilmente el funcionamiento del mundo que ha creado. Los diálogos surgen de forma muy natural e instantánea, sin resultar forzados. Las descripciones son muy detalladas e importantes para poder hacer partícipe al lector de todos los acontecimientos que suceden, aunque en ningún momento se hacen pesadas. Esta obra ha sido mi primer contacto con el autor pero no será el último, sé que volveré a leerlo porque me ha entusiasmado la pluma de la que goza. 

La protagonista absoluta de esta historia es Alana. Es un personaje fuerte, valiente, luchador y que ama por encima de todo a su familia. Es una protagonista espectacular que está perfectamente elaborada y que podremos conocer en profundidad. A pesar de que me ha gustado mucho, reconozco que en algunos momentos ha conseguido sacarme de mis casillas al tener un comportamiento tan contradictorio, seguramente se deberá a su juventud pero me hubiera gustado que tuviera las ideas más claras, aunque aun así me ha parecido un gran personaje. En cuánto a personajes secundarios conoceremos a un montón de ellos con bastante profundidad, aportando cada uno su granito de arena para darnos una trama de lo más jugosa. Mis favoritos han sido Ethan, Reuben y Tucker. Ethan me ha enamorado completamente al combinar ese toque salvaje que presenta con su dulzura, he sentido una conexión muy especial con él. Reuben es tan tierno y puro que sabe cómo tocar el corazón al lector. Tucker es tan protector y fiel que me ha encantado la forma de ser que tiene. Estos tres personajes han sabido cautivarme totalmente logrando quedarse marcados en mi alma.

Lo más fascinante y rompedor que posee esta historia es la idea tan original y distinta con la que cuenta. Es de gran admiración el mundo que ha sido capaz de crear el autor, simplemente dándole otra versión al efecto que puede provocar un tipo de droga, es espectacular cómo de un cambio tan sencillo puede crear un argumento tan complejo. Además, se nos da la oportunidad de conocer en profundidad a los dos bandos que están enfrentados en esta historia, enseñándonos que no todo es blanco o negro, sino que también puede ser gris.

FanArt realizado por Iceberg de papel.

La trama que presenta es sumamente adictiva, ya que desde la primera hasta la última página está llena de acción, de giros argumentales y de intriga. Es una historia que no tiene freno, sólo acelerador, ya que cada vez suceden más acontecimientos y el contenido se va enrevesando mucho más teniéndote pegado totalmente a sus hojas. Además, incluso hay tiempo de reflexionar sobre lo adictiva que puede llegar a ser la droga en el ser humano y de todos los efectos negativos que es capaz de provocar.

También nos encontramos con una pequeña subtrama romántica, que aunque no es el elemento principal en el desarrollo de la trama le proporciona mucha jugosidad a la historia. El romance que presenta puede dar la sensación de que estamos ante un triángulo amoroso, pero para mí no lo ha sido, ya que realmente sólo hay actos de amor hacia uno de los personajes. He disfrutado muchísimo del toque romántico que tiene porque surge de manera muy natural y bonita.

—Me enfada que pienses que siempre necesito que me salven. Me enfada que creas que no puedo llevar una vida normal y que tú creas que tampoco tú puedes. Me enfada que te comportes como si todo estuviera perdido y ya nada pudiera ir bien. 

Lo que no me ha convencido completamente de esta novela ha sido que me he encontrado alguna que otra incongruencia en cuánto a la información que se da, ya que hay varios datos que cambian a lo largo de la historia, proporcionándome confusión. Al igual que una de las sorpresas más impactantes que contiene la trama, a mí me ha resultado previsible porque la veía venir, quitándome la oportunidad de asombrarme. Pero aun así ha sido una lectura fascinante.

El final que presenta me ha gustado mucho porque todas las piezas que se van soltando a lo largo de la historia poco a poco van encajando en su lugar. Además, hasta el último momento aún está presente el factor sorpresa. Aunque me hubiera encantado encontrarme con un epílogo que se desenvolviera en un futuro muy lejano para saber cómo continúa la vida de nuestros personajes, aunque aun así estoy muy satisfecha de la manera en la que acaba.

En definitiva, La velocidad de la noche es una historia adictiva que presenta una premisa muy original y rompedora, conteniendo una trama muy compleja llena de acción, giros argumentales e intriga. Además, se nos enseña lo adictiva que puede ser la droga y los efectos negativos que provoca en las personas. También cuenta con una pequeña subtrama romántica que le da un toque mucho más natural y bonito a la lectura. Al igual que conoceremos unos excelentes personajes que serán capaz de marcar muy fuertemente al lector al ser tan especiales. ¡No te lo pienses más y descubre si serías un runner o un bólido! 

Muchas gracias a Puck por el ejemplar.

¿Lo conocíais? ¿Lo habéis leído? ¿Os gustó? ¿Queréis leerlo? ¿Sois de leer historias que contienen tanta acción? Contadme.