Reseña #126 - Bon vivant de Elizabeth Bowman.

¡Hola, icebergs! Hoy os traigo la reseña de una novela romántica histórica que me ha servido para conocer la bonita pluma que posee su autora. Ya me contaréis si le vais a dar una oportunidad o no a esta historia. ¡Comenzamos!

Michael Maellark es un dandi que se dedica a despilfarrar el dinero y a entregarse a la morfina, al alcohol, y como no, al sexo. Su vida es un desconcierto de estrepitosas situaciones, donde lucha por mantenerse en pie y seguir avanzando como un autómata. Antes hubiera intentado enmendar el caos que provoca, pero ahora ya no le importa. Siempre fue un consentido, pero desde que Cassandra lo dejó, cayó en el abismo. 

Céline Montfadal es una dama francesa, joven y muy acaudalada que se ha instalado en Londres durante algunos meses después de enviudar. Lo que nadie sabe es que se vio obligada a casarse con un hombre sesenta años mayor que ella, alcohólico y violento que la torturó. Céline había perdido la esperanza en la vida, pero entonces su esposo falleció, y ahora está decidida a ser libre y feliz. 

Tanto Michael como Céline intentan seguir adelante. El uno, porque está dispuesto a conseguir una conquista más, como si no tuviera suficientes problemas… y la otra, porque no está dispuesta a perder el tiempo con galanes de medio pelo, no piensa renunciar a su libertad. Pero entonces, ¿por qué el destino se empeña en que sus caminos se crucen? 

El género romántico siempre ha sido uno de mis predilectos desde que mi vida lectora empezó, aunque en mis inicios solo me decantaba por la romántica contemporánea porque creía que al desarrollarse la trama amorosa en la actualidad iba a conectar mejor con esa historia de amor. Pero una vez que me animé a probar la romántica histórica me di cuenta de lo equivocada que estaba, ya que para sentir la conexión con el romance que se produce entre sus páginas lo importante es el sentimiento que te transmite, no la época en la que se desenvuelve. Por lo que ahora no le doy importancia si es romántica contemporánea o histórica, me es indiferente, solo me dejo llevar por el corazón y si su sinopsis me parece lo suficientemente interesante se convierte automáticamente en mi nueva lectura.

Este libro se halla dividido en veintiséis capítulos más el prólogo. Toda la trama transcurre en Londres en el año 1835 y empieza en el mes de Octubre, excepto el prólogo que se da a finales del verano en Hampshire. La extensión de todos los capítulos es bastante regular y  presenta una longitud media, resultando ideal para que no se nos hagan pesados y sea muy fácil seguir pasando las páginas. La narración de desarrolla en tercera persona desde el punto de vista de todos los personajes, por lo que en todo momento sabemos lo que está sucediendo, aunque los que más protagonismo tienen son Michael Maellark y Céline Montfadal.

Algo en él había captado su atención, y no solo su bello exterior o la angustia que percibió en su mirada, producto de la necedad de su acompañante. Había algo más. Un aura negra, herida, que necesitaba ser socorrida, aunque su propietario no fuera consciente de ello y destilara autosuficiencia por cada poro de su piel. Reconocía esos silenciosos gritos de auxilio del alma, porque la suya propia había gritado en silencio durante muchos años, en fatal agonía, hasta su repentina e inesperada liberación. 

La pluma de la autora le proporciona mucha personalidad y distinción a la historia, ya que presenta una narración muy cuidada, mimada y detallista convirtiendo las letras en belleza. Aunque esta forma de narrar ralentiza un poco el ritmo de lectura, pero merece mucho más la pena lo que su delicada pluma enriquece a esta novela que la rapidez que podría tener. Es una historia para leer lentamente saboreándola al máximo. En su estilo predomina más la narración que el diálogo, ya que es muy importante que se nos explique los sentimientos de los personajes y los escenarios por dónde se mueven. Aunque los diálogos también abundan, surgiendo de forma natural y espontánea, sin percibirse forzados. Además, su contenido suele ser muy potente, no es nada insulso. Las descripciones son muy precisas y extensas pero no llegan a sentirse cargadas, logran trasladarnos fácilmente a los lugares dónde se encuentran los personajes, haciéndonos creer como si realmente estuviéramos allí. Es la primera vez que leo a esta autora pero me gustaría seguir haciéndolo en el futuro porque su pluma tan exquisita me ha dejado totalmente cautivada.

Los protagonistas de esta historia son Michael Maellark y Céline Montfadal. Ambos están perfectamente creados y definidos sufriendo una gran evolución a lo largo de la trama. Michael Maellark es un conquistador nato y sus mayores vicios son el alcohol, las drogas y las mujeres. Nunca le ha importado su reputación pero desde que le rompieron el corazón todavía le afecta menos. Céline Montfadal es una joven viuda francesa que desde la muerte de su marido se siente libre y dueña de su vida, ya que en su matrimonio solo recibió desprecios y golpes. Tanto Michael como Céline me han gustado mucho, son grandes protagonistas debido a lo mucho que cambian durante el avance de la historia, pero mi personaje favorito es Céline, ya que me ha encantado que sea una mujer independiente, fuerte y que no le inquietan las habladurías a pesar de la época la que se nos traslada. En cuánto a personajes secundarios no nos toparemos con muchos, aunque al ser tan pocos están bastante bien definidos. A unos los odiaremos mientras que a otros los amaremos. Mis favoritos han sido Véronique y Hermes por lo mucho que cuidan a nuestros protagonistas.

Lo que más le hace destacar a esta historia, a parte de la delicada pluma con la que está escrita, es la ambientación tan trabajada que posee. Fácilmente nos sentimos que hemos viajado a Londres del año 1835, dónde los eventos sociales por parte de la alta sociedad estaban al orden del día. Además, cómo era típico en esa época se le da mucha importancia al matrimonio, al dinero, a las apariencias y a la superioridad del hombre respecto a la mujer. Es una lectura que nos traslada de lleno al siglo XIX mostrándonos sus defectos y virtudes. Se aprecia mucho el gran trabajo de documentación que ha realizado la autora.

FanArt realizado por Iceberg de papel.

El romance que surge entre sus páginas es muy bonito porque se desarrolla muy poco a poco. Primero se da la atracción física y lentamente se va transformando en sentimiento. Aunque sinceramente lo he sentido flojo, ya que realmente son muy pocos los momentos en los que ambos personajes están juntos. Además, cuándo la historia de amor se encuentra en todo lo alto es cuándo finaliza la novela. He echado de menos que el nuevo amor que brota tuviera más protagonismo en la trama. 

Lo que sí me ha cautivado son las consecuencias que provoca ese romance, ya que resulta muy interesante ir viendo como ambos protagonistas superan juntos todos los obstáculos de su pasado. Para mí, más que una historia de amor la he sentido como una de superación personal. Aunque realmente este aspecto yo no lo veo como un punto negativo, ya que personalmente me encantan las novelas dónde la superación personal tiene un papel muy destacado en el desarrollo de la trama.

Él había estado a punto de exponerse, de ofrecer en bandeja unos sentimientos de los que no se sentía orgulloso, sentimientos que para nada resultaban prácticos o beneficiosos en un caballero con su reputación, pero que tampoco podía obviar. ¿Cómo manejarlos? ¿Qué hacer con ellos? Desde luego estaba claro que, como sucede con el dragón que lleva siglos dormido en lo más profundo y siniestro de su caverna, una vez despertados, no iban a consentir volver a adormecerse. 

A la trama amorosa y de superación personal se le añade el juego sucio que le hacen unos personajes al protagonista masculino y la pequeña intriga del pasado amoroso de Michael, proporcionándole mucha jugosidad a la historia. Pero aun así, he sentido que todavía se le podía haber sacado más jugo a esos dos elementos para hacer más atractiva la trama. Además, no me ha agradado del todo el desarrollo del libro, ya que a mí me resultaba lento y un poco repetitivo. Al igual que aunque tiene algún que otro giro argumental, me hubiera gustado que tuviera más, porque me parecido una trama bastante lineal.

El final que presenta me ha gustado mucho porque por una parte me ha sorprendido y por la otra era el esperado, así que me ha dejado muy satisfecha. No obstante tampoco me habría quejado si hubiera tenido un epílogo que se desarrollara pasado unos meses, para que pudiéramos saber principalmente como continúa la vida de los personajes, aunque verdaderamente termina de manera bastante cerrada. 

En definitiva, Bon vivant es una historia que debido a la delicadeza de la pluma que utiliza la autora como a su gran trabajo de documentación nos hace sentir como si hubiéramos viajado a Londres del año 1835, empapándonos de la belleza de la época y proporcionándonos una lectura de lo más especial. Además, nos enseña que el amor puede promover la superación personal en el ser humano. Aunque si el romance contara con más momentos juntos de los protagonistas y una trama menos lineal y repetitiva habría disfrutado más de esta lectura. Pero aun así me siento muy satisfecha de haber conocido la escritura de la autora a través de esta interesante historia. ¡Adéntrate en esta novela y déjate embaucar por el siglo XIX!

Muchas gracias a Titania por el ejemplar.

¿Lo conocíais? ¿Lo habéis leído? ¿Os gustó? ¿Queréis leerlo? ¿Sois más de romántica contemporánea o histórica? Contadme.