Reseña #189 - El pasado que nos une de Ailina Shebelle.

¡Hola, icebergs! Durante el mes de Abril estuve participando en la lectura conjunta que organizó la autora Ailina Shebelle de su novela El pasado que nos une y hoy os traigo la reseña de esta historia new adult que se ha convertido en una de mis mejores lecturas de este año tanto por todas las emociones que me ha hecho sentir como por lo especiales que son sus protagonistas. Espero que os animéis a darle una oportunidad y os enamoréis totalmente de esta novela como me ha ocurrido a mí. Cargando reseña en 3,2,1... ¡Arrancamos!

Joel Hunt odia el tabaco y se siente perdido. Lleva siete años sin pisar Telluride, el lugar que lo vio nacer y crecer. Se niega a volver debido a los sucesos que allí acontecieron, pero algo lo obligará. No sabe cómo actuar con las personas que lo apoyaron y quisieron durante su infancia. Es consciente de que debe muchas explicaciones y, aunque no se siente preparado para darlas, tendrá que afrontar el hecho de que, a pesar del tiempo, sigue enamorado de Mandy.

Mandy Brown es una chica que lucha contra las adversidades de la vida que amenazan con frenar sus sueños. Pinta cuadros llenos de luces y sombras, adora el chocolate caliente con nubecitas y contar las estrellas fluorescentes del techo de su habitación. Y, por mucho que le duela, sigue enamorada de Joel .

Aunque el pasado aprieta y ahoga en ocasiones, ambos encontrarán la forma de llegar el uno al otro para construir un futuro juntos, mientras las pesadillas más temidas de Joel vuelven para desestabilizarlo todo.

El pasado que nos une es una historia sobre cómo el amor nos hace fuertes para superar el miedo, repleta de sentimientos a flor de piel y con un mensaje claro: el destino está escrito en las estrellas.

Descubrí hace dos años a la escritora Ailina Shebelle a través de su obra debut titulada En algún lugar de tu mente y me dejó tan buenas sensaciones tanto su manera de escribir como la trama que creó que estaba deseando volver a leerla. Así que cuando anunció hace unos meses que publicaba su segunda novela llamada El pasado que nos une sabía con certeza que acabaría perdida entre sus páginas. Lo que no me imaginaba es que me iba a encontrar con una historia capaz de tocarme el corazón tan fuertemente gracias a todos los sentimientos que esconde en su interior, convirtiéndose en una de mis mejores lecturas en lo que llevo de este año.

El pasado que nos une es la primera entrega de la serie Tiempo, una saga compuesta por tomos autoconclusivos donde conoceremos las historias de los componentes de un grupo muy especial de amigos. En esta ocasión ha sido el turno de Joel y Mandy. Este libro comienza con un prólogo que nos lleva a Diciembre de 1996 y continúa fragmentado en dos partes. La primera está compuesta solo por los tres primeros capítulos y nos traslada a Mayo de 2000 y a Junio de 2005 mientras que la segunda parte está formada por el resto de capítulos y se desarrolla siete años después del último suceso ocurrido. En su conjunto se halla dividido en treinta y cinco capítulos y cierra con un epílogo que nos conduce a un mes después. La longitud de los capítulos es muy regular, ya que todos ellos presentan una extensión muy corta, logrando dotar a la novela de un ritmo de lectura muy ágil. Toda la narración se da en primera persona siendo Joel Hunt y Mandy Brown los encargados de relatarnos su historia de una manera muy equitativa. Además, al inicio de cada capítulo aparece el nombre del narrador para que no nos sintamos perdidos en ningún momento. Tanto la manera de narrar esta novela como el desarrollo de la trama a través de los años me han parecido un gran acierto porque nos permite conocer a los protagonistas con la misma profundidad y verlos crecer.

—Mi existencia no es más trascendental que la tuya, Joel. Esto —señala su pierna envuelta en el aparato— no me hace más especial. Me hace humana. 

En esta obra he apreciado una gran evolución en la pluma de la autora respecto a la anterior, ya no es tan juvenil y sencilla, se nota mucho más delicada y profunda. Además, escribe de una manera muy emotiva y dulce consiguiendo a través de sus palabras transmitirnos un montón de sentimientos Posee un estilo muy equilibrado al encontrarse la narración y el diálogo en la misma proporción. Los diálogos surgen de una forma muy natural, espontánea y con un contenido muy interesante, por lo que no se perciben ni forzados ni insulsos. Las descripciones son muy detalladas pero contadas de una manera ligera por lo que no llegan a hacerse pesadas, son perfectas para hacernos sentir que nuestra vista se convierte en la de Mandy y Joel. Es la segunda vez que leo a esta autora y ya sé con certeza que seguiré adentrándome en todas las novelas que publique porque tanto su pluma como la historia que ha diseñado me han dejado totalmente encandilada, por lo que ha conseguido un puesto en mi lista de autoras favoritas.

Los personajes que conocemos en esta historia es uno de los grandes motivos que han hecho que acabe tan enamorada de esta obra. En esta ocasión tenemos como protagonistas a  Joel Hunt y Mandy Brown. Ambos están perfectamente elaborados y definidos, por lo que resulta muy fácil conectar profundamente con ellos. Joel es un chico muy dulce y que nos demuestra tener una gran fortaleza porque a pesar de la dura infancia que ha tenido no han conseguido romperlo totalmente. Mandy es una chica soñadora y valiente que nos enseña que a pesar de tener que llevar un aparato en su pierna izquierda para andar correctamente no tiene por qué sentirse diferente a los demás. Reconozco que me ha encantado que la autora haya decidido ponerle esta pequeña discapacidad motora a Mandy, ya que hay que normalizarla y mostrar a la sociedad que debe ser tratada como las demás personas. Al igual que me ha gustado mucho que todos los personajes acepten tan bien su pequeño problema. Tanto Joel como Mandy me han conquistado completamente porque son dos personajes muy especiales, por lo que no puedo decir cuál de los dos me ha gustado más. Pero en esta obra no solo conocemos a Joel y a Mandy sino que nos topamos con un montón de personajes más. Todos ellos están muy bien trabajados y definidos, por lo que los descubrimos en gran medida. Los que más destacan son Leo, Travis, Cam, Nick, Salma y Carol, el grupo de amigos de Mandy y Joel. Mis favoritos han sido Leo y Travis por lo mucho que adoran a nuestros protagonistas y por el toque divertido que aportan a la trama pero aun así tengo muchas ganas de conocer las historias de todos ellos que espero que no se demoren mucho en salir. También me ha gustado mucho Frances, la jefa de Mandy, por todo el apoyo que le da. Todos los personajes que aparecen son necesarios porque aportan su granito de arena pero para mí los más especiales han sido Joel y Mandy porque consiguen traspasar el papel para tocar el alma del lector.

Ailina Shebelle en su estreno como autora nos regaló una novela de corte juvenil y con un toque de fantasía pero en esta ocasión nos ofrece una historia new adult que nos hace sentir que estamos dentro de una gran montaña rusa de emociones, por lo que con tan solo dos libros publicados ya nos demuestra su versatilidad como escritora. Aunque también nos muestra su gran evolución, ya que su segunda obra es superior a la primera. Desde que tuve la oportunidad de leer con anticipo los primeros capítulos de este libro mientras Ailina la estaba diseñando supe que esta historia era especial y ahora que he podido conocerla en su totalidad puedo decir que estaba en lo cierto.

FanArt realizado por Iceberg de papel.

Nos encontramos ante una historia de reencuentros y segundas oportunidades que ha sido capaz de tenerme enganchada desde la primera hasta la última página. Me ha encantado el modo en el que se desarrolla la trama, ya que avanza de una manera tan natural que he sentido a esta obra totalmente real y verdadera. Por lo que se nos ofrece un romance totalmente precioso, creíble y sano que ha logrado transmitirme un montón de sentimientos. Me ha hecho reír, emocionarme, suspirar y un sinfín de emociones más que ha conseguido dejarme el corazón muy endulzado. Además, me ha maravillado ver como se apoyan entre ellos, ya que el amor siempre tiene que sumar a tu vida y no restar. Llevaba tiempo sin toparme con una relación tan bonita en un libro y no ha podido dejarme más enamorada.

Pero esta obra no solo se alimenta de amor sino que también presenta un toque de drama a causa del pasado que le ha tocado vivir a Joel. Gracias a la introducción de este elemento se le aporta a la trama una pequeña dosis de intriga, sorpresa y acción pero también le proporciona mucha dureza a la historia haciéndonos sentir dolor, rabia e injusticia por lo que le ha tocado vivir a nuestro protagonista masculino. Personalmente me encanta encontrar este tipo de ingrediente en una historia porque nos enseña que por mucho daño que se nos haya hecho todo con el tiempo se puede llegar a superar. Además, me ha fascinado que en esta obra se muestre que es más fácil superar el miedo si tenemos a una persona que nos quiere cogida de nuestra mano. 

Sus brazos fuertes sostienen mi cuerpo y, como siempre, siento que floto en un mar de aguas tranquilas en las que me dejo llevar a la deriva, porque mientras esté con él, estaré a salvo. 

En esta novela también tiene mucha importancia la amistad. Me ha gustado mucho como se cuidan entre ellos y el buen grupo de amigos que forman. Al igual que también destaca la familia. Se nos muestra los dos extremos, una que proporciona mucho amor y bienestar mientras que otra ofrece dolor y tristeza. Asimismo, en esta historia también tiene mucha relevancia el arte y la música. Me ha encantado ver el entusiasmo y la pasión que tiene Mandy por la pintura y lo mucho que disfruta Joel tocando el piano. Además, gracias a estos dos últimos elementos se nos enseña a luchar por alcanzar nuestros sueños y no rendirnos nunca. Es una obra llena de grandes valores y de mensajes muy positivos. 

El final que presenta este libro me ha encantado porque es muy bonito y cerrado. Además, al desarrollarse el epílogo un mes después del último suceso se nos permite saber cómo continúa todo pasado un corto intervalo de tiempo. Asimismo, creo que se nos ofrece una pequeña pista sobre quien puede ser el protagonista en la próxima entrega de la saga y si es así estaré muy feliz porque tengo muchas ganas de conocerlo más a fondo.

En definitiva, El pasado que nos une es una historia new adult de reencuentros, segundas oportunidades y superación que me ha enamorado de principio a fin por el sinfín de emociones que me ha hecho sentir. En su interior me he encontrado con un romance muy bonito, creíble y sano que ha conseguido mantenerme totalmente pegada a sus páginas. Además, presenta un toque de drama que le da dureza a la trama pero también nos enseña a dejar el dolor atrás y a vivir sin miedo. Asimismo, es una novela llena de grandes valores y mensajes positivos que nos muestra tanto la importancia de los amigos y de la familia como a luchar por nuestros sueños. Al igual que he conocido unos protagonistas que han logrado ganarse un hueco en mi corazón para siempre. ¡Atrévete a adentrarte en esta historia y descubre por qué se ha convertido en una de mis mejores lecturas del 2020!

Muchas gracias a Ailina Shebelle por el ejemplar.

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