Reseña #89 - La carta de Ivy Aberdeen al mundo de Ashley Herring Blake.

¡Hola, icebergs! Hoy os la traigo la reseña de un novela muy especial que ha sido capaz de llegarme profundamente convirtiéndose en una gran lectura. Espero que le deis una oportunidad porque es un libro que realmente merece mucho la pena. ¡Vamos allá!

¿Así se sentía un flechazo de amor? ¿Un dolor de estómago, una sensación burbujeante en la yema de los dedos?  

Cuando un tornado azota su pueblo, la casa de Ivy Aberdeen, de doce años, queda destruida y su familia termina desplazada. Ivy se siente invisible e ignorada luego de la tormenta… y lo que es peor, su cuaderno repleto de dibujos secretos de chicas tomadas de las manos ha desaparecido. 

Misteriosamente, los dibujos de Ivy comienzan a reaparecer en su taquilla con notas de alguien que la alienta a hablar sobre su identidad. Ivy piensa –y espera– que ese alguien sea su compañera de clase, esa chica que a Ivy le genera mariposas en el estómago. 

¿Encontrará Ivy la fortaleza y el coraje para seguir sus verdaderos sentimientos? 

La carta de Ivy Aberdeen al mundo es una novela magnífica y tierna acerca del nacimiento de la identidad y un exponente enriquecedor de la literatura middle grade.

Cada vez con más facilidad nos encontramos con libros de temática LGBT aunque siguen siendo minoritarios contra el romance heterosexual. A mí personalmente cualquier novela que posea un toque romántico me gusta independientemente de la orientación sexual del personaje, ya que disfruto de toda historia que contenga un amor sano y respetuoso. Lo que sí que no me esperaba debido a la edad de la protagonista era toparme con una lectura que me llegará de manera tan profunda y me marcará tanto e incluso se convirtiera en una de las mejores lecturas de este año. 

Este libro está dividido en treinta y tres capítulos, poseyendo cada uno de ellos un título propio que nos proporciona una cierta idea de lo que puede tratar ese capítulo. La extensión de los mismos suele ser generalmente corta por lo que dota a la historia de un ritmo de lectura muy ágil. La narración se desarrolla en tercera persona aunque sólo se basa en el punto de vista de Ivy, la absoluta protagonista de esta novela. Personalmente para este tipo de lectura suelo preferir la primera persona porque la encuentro más correcta pero reconozco que en esta ocasión no me ha molestado, ya que lo más importante de esta historia es Ivy, todo los demás personajes sólo la complementan.

Su padre era el gracioso de la familia, siempre intentaba hacer que su madre, más seria, riera. La llamaba su misión en la vida, hacer que sus chicas sonrieran. 

Al ser middle grade la escritura de la autora es sencilla, tierna e inocente. Predomina la narración porque es muy importante ir entendiendo a Ivy pero también abundan los diálogos que surgen de manera natural y espontánea. Las descripciones relatan los detalles justos para que nos podamos imaginar con facilidad los escenarios que se van descubriendo a lo largo de la novela. Particularmente me ha enamorado la pluma que tiene esta autora y me apetece muchísimo seguir leyéndola.

La gran protagonista de esta historia es Ivy, un personaje muy especial que está tan perfectamente elaborado que con facilidad empatizas con ella y logra quedarse para siempre dentro de tu corazón. Ivy es una chica de doce años que está buscando su hueco en su familia y que necesita aceptarse tal y como es para poder mostrarse al mundo. Se ha convertido en uno de mis personajes favoritos de entre todas las novelas que he leído por ser tan real y especial. Los demás personajes que conoceremos son secundarios pero están casi tan bien definidos y desarrollados como nuestra protagonista. Todos ellos ayudaran sin saberlo en mayor o menor medida a que Ivy se acepte tal y como es. Quiero destacar a mis favoritos que no podrían ser otros que June, Taryn y Robin. June es una chica solitaria pero con un carácter muy tierno que necesita ser salvada, Taryn es la mejor amiga de Ivy que siempre contará con su apoyo y Robin es una mujer adulta que ayudará mucho a nuestra protagonista a que entienda lo que le sucede. Aunque si tuviera que quedarme con una de las tres escogería a June, ya que ha sido un personaje que me ha robado el corazón, es adorable.

Es una historia sencilla pero muy necesaria por el mensaje que transmite al público juvenil e incluso al adulto. Nos habla de lo difícil que es aceptar la orientación sexual de uno mismo cuándo es diferente a lo que la sociedad considera como normal y el miedo que se siente al reconocerlo por si tus seres queridos no lo entienden y te rechazan. Es una historia de identidad, de desnudar tu alma, de exponer tu carta al mundo para no esconderte más y mostrarte como eres.

FanArt realizado por Iceberg de papel.

Pero Ivy no sólo se enfrentará a su identidad sexual sino que tendrá que hacer frente a que su casa haya desaparecido a causa de un tornado y a que haya perdido su cuaderno dónde guarda sus dibujos más íntimos, apareciendo cada día uno de ellos en su taquilla. Todos estos elementos combinados crean una lectura de lo más adictiva. Aunque personalmente me hubiera gustado que la sinopsis no hablara del cuaderno perdido de Ivy porque le quita un poquito el factor sorpresa. También tengo que confesaros que por las escenas que van surgiendo descubrí antes de ser revelado al responsable de dejar los dibujos en la taquilla pero que esta revelación fuera predecible no me impidió disfrutar al máximo de su lectura.

No nos toparemos con el típico romance. Seremos partícipes de cómo surge lentamente ese primer y tierno sentimiento de amor, de cómo reconocer que te estás enamorando por primera vez. Admito que no sabía muy bien cómo iba a avanzar esta relación pero he quedado muy satisfecha con el camino escogido ya que no puede ser más real y además suele ser el menos explotado en este género.

No sería perfecto. Ivy no estaba segura de que la perfección existiera. Porque estas cosas familiares, estas cosas de la vida, eran caóticas. Quizás perfecto era solo otra palabra para pertenencia. Para sentirse uno mismo. No significaba que las cosas fueran difíciles. Solo significaba que las cosas estaban bien. Solo significaba que en algún momento las cosas mejorarían y tendrían más sentido, que tu corazón no siempre se sentiría tan solo. 

En esta novela también se le da mucha importancia al tema familiar. Se habla de lo necesario que es encontrar tu lugar dentro de ella cuándo nuevos miembros de la familia se incorporan para así tener la confianza suficiente de mostrarte ante ellos como eres, de que no se puede dar por sabido que hay amor familiar sino que se tiene que demostrar de vez en cuando.

Los últimos capítulos son muy emotivos, por más que lo intentaba no podía dejar de llorar porque me llegaban de manera muy profunda. El final que tiene me ha dejado muy satisfecha, ya que acaba de forma cerrada al resolverse todo y aunque no es el final que me esperaba al principio me ha gustado muchísimo porque es el más real y adecuado.

En definitiva, La carta de Ivy Aberdeen al mundo es una historia muy especial que te marca para siempre enseñándote lo importante que es aceptarse a uno mismo y lo complicado que puede resultar dar el paso de mostrarse al mundo como eres. Un libro que habla de cómo enfrentarse a la orientación sexual de cada uno y de cómo desnudar tu alma a los demás acompañados de la mano de una gran protagonista que fácilmente se hará un hueco en tu corazón. Una novela que combina varios elementos ofreciéndote una trama de lo más adictiva y llena de grandes valores. ¡Sin ninguna duda está dentro de mi lista de mejores lecturas de este año!

Muchas gracias a Puck por el ejemplar.

¿Lo conocíais?  ¿Lo habéis leído? ¿Os gustó? ¿Queréis leerlo? ¿Os gustan las novelas de temática LGBT? Contadme.